La infertilidad es un tema que resuena en muchas personas, en especial en aquellos que anhelan traer una vida al mundo. Desde la biodescodificación, entendemos que cada síntoma o condición en nuestro cuerpo tiene una historia que contar, un sentido biológico más profundo detrás.
Primero, es importante reconocerte y evitar el estigma que a veces rodea a la infertilidad. Este síntoma puede tener raíces emocionales y familiares cargadas de significados. La Nueva Medicina Germánica, creada por el Dr. Hamer, sugiere que la infertilidad no es un error del cuerpo, sino una respuesta a conflictos emocionales que pueden relacionarse con el miedo a la maternidad o la paternidad, o incluso con experiencias traumáticas en la historia familiar.
Desde el punto de vista transgeneracional, a veces heredamos patrones emocionales de nuestras generaciones pasadas. Si en tu familia hubo problemas con la maternidad, como el miedo a perder un hijo o el abandono, esto puede quedar registrado en el inconsciente familiar y manifestarse como infertilidad. También puede suceder que te sientas en deuda con tu familia al sentir que deberías evitar tener hijos para no repetir esos traumas.
Ahora bien, ¿qué hacer con toda esta información? Primero, tenés que tomar conciencia de tu historia, reconocer cómo te sientes respecto a estos temas y permitirte sentir. La infertilidad puede ser un llamado a trabajar sobre esos miedos y creencias limitantes. Aquí es donde entra la biodescodificación, que nos brinda herramientas para indagar en nuestras emociones y creencias. Una propuesta es escribir una carta donde expreses tus miedos, anhelos, y quizás perdones, tanto a tu historia como a la de tu familia. El acto de escribir puede ser liberador.
Además, te propongo un ejercicio de integración. Dedicate un momento al día para practicar mindfulness, donde puedas conectar con tu cuerpo y específicamente con los lugares donde sientas tensión o bloqueo. Durante esta práctica, repite la frase de ho’oponopono: «Lo siento, perdón, te amo, gracias». Esto va a permitir que comiences a liberar esos síntomas y a abrirte a nuevas posibilidades.
Aprovechá para visualizar cómo sería tu vida si te sintieras completamente libre de esos miedos. ¿Qué sentís? ¿Qué pensamientos surgen? Esto no solo te conectará a un estado de posibilidad, sino que, simbólicamente, estás mandando una señal a tu cuerpo que puede ser receptiva a cambios.
Recuerda que cada paso cuenta, así que sé amable contigo mismo en este proceso. La sanación es un camino, y la toma de conciencia es el primer gran paso. Te invito a compartir esta reflexión y seguirnos en nuestras redes para profundizar en estos temas transformadores: @bioakasha_ok.