¿Sabías que los problemas digestivos, como esos molestos gases, pueden estar relacionados más con nuestras emociones que con lo que comemos? En el enfoque de la Biodescodificación y la Nueva Medicina Germánica, cada síntoma tiene un sentido biológico y profundo que merece atención. Vamos a desmenuzar este tema y ver qué podemos descubrir.
Los problemas digestivos, especialmente los gases, son una manera en la que el cuerpo nos habla. En términos simples, cuando nuestro cuerpo no está procesando bien ciertos alimentos, puede estar señalando que hay algo más que no estamos digiriendo, pero en un nivel emocional. Este síntoma, entonces, puede estar reflejando situaciones de conflicto, carga emocional o angustia que no hemos podido expresar adecuadamente.
Desde la Nueva Medicina Germánica, se argumenta que los síntomas son respuestas biológicas a conflictos emocionales. Cuando vivimos situaciones estresantes o conflictivas —ya sea en el ámbito laboral, familiar o personal— nuestro organismo puede responder con problemas digestivos. La dificultad para «digerir» lo que nos está pasando, en un sentido literal y figurado, se manifiesta a través de estos síntomas.
A nivel emocional, las motivaciones detrás de los problemas digestivos pueden ser muy diversas. Podés sentirte sobrepasado, frustrado o ansioso, y eso puede gradual y silenciosamente acumularse en nuestro cuerpo, manifestándose finalmente como gases o malestar. Quizás te sientas impotente ante una situación o estés lidiando con sentimientos de culpa o incomprensión que no lográs comunicar.
Para mitigar o sobrellevar estos síntomas, lo primero es empezar a poner atención a tus emociones. ¿Qué estás sintiendo? Pregúntate si hay algo que no estás pudiendo digerir a nivel emocional. Abrir un espacio para expresar esos sentimientos, ya sea a través de la escritura, la charla con un amigo o, incluso, terapia, puede ser un primer paso muy liberador.
Además, hay una técnica en PNL (Programación Neurolingüística) que puede ser muy efectiva. Aquí te dejo un ejercicio que podés hacer cuando sientas que esos gases empiezan a aparecer.
1. Busca un lugar tranquilo donde puedas estar cómodo.
2. Cierra los ojos y toma varias respiraciones profundas, sintiendo cómo inhalas y exhalas.
3. Conéctate con el área de tu abdomen donde sientes el malestar. Imagina que le estás hablando y que puedes escuchar lo que quiere decirte.
4. Usa las palabras del Ho’oponopono: “Lo siento, perdón, te amo, gracias”. Repite estas frases hacia esa zona de tu cuerpo, dejando fluir cualquier emoción que surja.
5. Abre un espacio de compasión hacia ti mismo, reconociendo que mereces estar en paz y libre de tensiones.
Este ejercicio no solo te ayuda a liberar tensiones, sino que también promueve una conexión más profunda con tu ser, permitiendo que las emociones fluyan en lugar de permanecer atrapadas.
Recordá que cada síntoma en nuestro cuerpo tiene un mensaje, y al prestarle atención, podemos sanarlo desde su raíz. Si disfrutaste de este artículo y creés que puede ayudar a otros, share it! Y no te olvides de seguirnos en nuestras redes como @bioakasha_ok.