La fibromialgia es un síntoma que, aunque se ha convertido en un diagnóstico común, es fundamental que entendamos desde una perspectiva más amplia, como lo propone la biodescodificación y la Nueva Medicina Germánica.
En esencia, la fibromialgia se manifiesta a través de dolores musculares generalizados, cansancio extremo y una serie de otros síntomas que pueden incluir problemas del sueño, fatiga, ansiedad y depresión. Desde la perspectiva de la Nueva Medicina, esto no es un «error» de nuestro cuerpo, sino una respuesta biológica a conflictos emocionales no resueltos. Cada síntoma tiene un sentido biológico, podría decirse que cumple una función. La fibromialgia, en muchas ocasiones, puede ser una manifestación de una situación de sobrecarga emocional, angustia o estrés crónico.
Desde el punto de vista de la biodescodificación, la fibromialgia se puede entender como una respuesta a conflictos de desvalorización o de sentirse atrapado en situaciones de vida. Esto podría traducirse en una necesidad de resguardarse, de poner distancia, una «fibra» que se extiende por todo nuestro ser, dejando nuestro cuerpo como un campo de batalla de emociones reprimidas. Esta respuesta del cuerpo puede interpretarse como un grito interno que nos invita a detenernos y revisar profundamente nuestro entorno emocional y situacional.
¿Qué queremos decir con esto? Que cada dolor tiene su historia, y es esencial explorar cuál fue el instante en el que se activó este dolor. Por ejemplo, muchas personas que padecen fibromialgia han vivido momentos de abuso, abandono, estrés laboral o sobrecarga familiar que no han podido liberar emocionalmente. Uno de los primeros pasos es identificar estas situaciones de conflicto; esto nos permitirá desprogramar creencias limitantes que alimentan el dolor.
Para ayudar a mitigar estos síntomas, te propongo un ejercicio sencillo de conexión a través de la PNL y el mindfulness. Podés hacerlo en un lugar tranquilo, donde te sientas cómodo/a.
1. **Encuentra tu espacio**. Siéntate cómodamente, cierra los ojos y lleva tu atención a la zona que más duele o donde sientas tensión.
2. **Conexión con el síntoma**. Imagina que tu dolor o malestar tiene una forma. ¿Cómo es? ¿De qué color? ¿Cuál es su textura? ¿Cómo se siente? Reconocé que estás sintiendo esa sensación y dale permiso a tu cuerpo para sentirla, pero sin juzgar.
3. **Pregunta y escucha**. Preguntá internamente: «¿Qué me querés decir?». Permítete escuchar cualquier respuesta que surja. Esto puede tomar tiempo, así que no te apresures.
4. **Practica Ho’oponopono**. Utilizá esta hermosa técnica de perdón donde le decís a tu síntoma: «Lo siento, perdón, te amo, gracias». Repetí esta secuencia varias veces, dejando que las palabras fluyan con intención y amor.
5. **Imagina un final**. Finalmente, visualizá que este dolor se va disolviendo, como una nube que se dispersa en el aire.
Recordá que tu cuerpo está haciendo lo mejor que puede para ayudarte a sobrevivir y tus emociones son una parte fundamental de esa historia.
La clave es ir a fondo, a veces, puede que necesites ayuda profesional para hacer este recorrido. La biodescodificación te invita a mirar dentro de ti mismo, a liberar esos pesos del pasado y crear un espacio nuevo para sanar.
Si sentiste que algo de esto resonó en vos, por favor, compartí este artículo, ayudemos a más personas a comprender y sanar desde el corazón. No olvides seguirnos en nuestras redes sociales como @bioakasha_ok. ¡Un abrazo!