La diabetes es un síntoma que se manifiesta cuando nuestro cuerpo atraviesa un desafío en la regulación del azúcar en sangre, algo que puede generar muchas preguntas y, sobre todo, preocupaciones. Desde la perspectiva de la Biodescodificación y la nueva medicina germánica, cada síntoma tiene una razón, un sentido biológico que intenta protegernos o ayudarnos a sobrellevar un conflicto emocional. El cuerpo no es un enemigo, ni tampoco la diabetes. Es un mecanismo de supervivencia que se activa cuando nuestras emociones están en conflicto.
Hablemos primero de las motivaciones emocionales que pueden estar detrás de la diabetes. En muchos casos, aparece por un conflicto relacionado con la necesidad de dulzura, afecto o amor que no se siente satisfecho. Este “deseo de dulce” puede estar ligado a situaciones de estrés, de soledad, o incluso a la percepción de que no se está recibiendo el cariño esperado. En otras palabras, el síntoma se presenta como una respuesta biológica a la falta de amor o la sensación de ser el “patito feo” en una familia o entorno.
Desde la nueva medicina germánica, la diabetes se relaciona con conflictos de abandono, de no sentirse querido o aceptado, y a veces está vinculada a una experiencia en la etapa de gestación o en la infancia. Es fundamental recordar que estos conflictos no son sólo recuerdos; son vivencias que impactan en nuestro sistema nervioso, creando patrones que se repiten y que pueden reflejarse en el cuerpo.
Cuando alguien presenta diabetes, es esencial indagar en su historia personal. Preguntas como «¿Qué situaciones o eventos en tu vida te han llevado a sentir que no tienes el amor que necesitas?» o «¿En qué momentos te has sentido abandonado o descuidado?» son un buen punto de partida. Una vez que identifiquemos el conflicto emocional, podemos empezar a trabajar en sanarlo.
Una técnica que puede ser muy beneficiosa es el Ho’oponopono, una práctica hawaiana que busca la reconciliación y el perdón. Podés probar el siguiente ejercicio para conectarte con el símptoma:
1. Encuentra un lugar tranquilo y cómodo donde puedas relajarte.
2. Cierra los ojos y pon tu atención en el lugar de tu cuerpo que sientes afectado por la diabetes.
3. Respira profundamente y a medida que inhalas, imagina que estás llenando ese espacio de luz y amor.
4. Ahora repite internamente las frases: “Lo siento, perdón, te amo, gracias”. De esta manera, empezás a soltar las creencias, emociones o programas que pudieron haber causado el síntoma.
5. Permítete sentir lo que surja, sin juicio. Todos los sentimientos son válidos.
6. Repite este ejercicio a diario, si es posible. La repetición ayuda a generar cambios profundos en nuestro interior.
Así que, a la hora de abordar la diabetes y cualquier tipo de síntoma, recordá que tu cuerpo es una herramienta de comunicación. Escuchá lo que tiene para decirte, investigá tu historia y permitite sanar desde las emociones.
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