Si estás aquí, es porque seguramente tenés un interés en el colon irritable, un síntoma que puede causar mucha incomodidad en la vida diaria. Te invito a acompañarme en este recorrido donde vamos a explorar un poco más sobre qué significa realmente tener colon irritable, desde una perspectiva de biodescodificación y la nueva medicina germánica.
Primero, hablemos del síntoma en sí. El colon irritable, o síndrome del intestino irritable, es un trastorno funcional del intestino que se caracteriza por cambios en la forma y frecuencia de las deposiciones, junto con dolores abdominales y molestias. Es un diagnóstico que, generalmente, deja a muchos de nosotros buscando respuestas. Pero la pregunta que debemos hacernos es: ¿cuál es el sentido biológico detrás de estos síntomas?
Desde la nueva medicina germánica, cada síntoma o enfermedad tiene un significado profundo que va más allá de lo físico. Hamer nos dice que el colon tiene vínculos con la eliminación de lo indeseado y los secretos que guardamos. Es como un almacenamiento de “porquerías” que conservamos dentro de nosotros. Así que, cuando tenemos colon irritable, podríamos estar enfrentando conflictos relacionados con algo que no hemos podido procesar o aceptar en nuestras vidas, ya sea un rencor, una situación que rechazamos o incluso emociones que nos resulta difícil dejar ir.
Ahora bien, si vamos un poco más profundo sobre las motivaciones emocionales que pueden estar detrás de este conflicto, podríamos pensar en sentimientos de frustración, rencor o incluso una sensación de pérdida de control. Estas emociones pueden ser las que están “irritando” nuestro sistema, generando tensiones que se manifiestan a través de nuestro intestino.
Entonces, ¿cómo podemos actuar en este nivel para mitigar o sobrellevar estos síntomas? Te propongo algunas acciones. Primero, es importante mirar hacia adentro y hacer un balance emocional. Pregúntate: ¿qué situaciones me están causando malestar? ¿Qué emociones estoy evitando enfrentar? Este tipo de autoindagación puede ser un primer paso importante.
Además, puede ser muy útil incorporar alguna práctica de mindfulness o una técnica de PNL (Programación Neurolingüística). Por ejemplo, te invito a hacer un ejercicio simple: siéntate en un lugar tranquilo, cierra los ojos y lleva tu atención a la zona donde sentís la incomodidad del colon. Respira profundamente y visualiza que esas emociones que guardaste como un “secreto” van saliendo de tu cuerpo con cada exhalación. Mientras haces esto, puedes repetir en voz baja o en tu mente alguna de las frases del ho’oponopono: “Lo siento, perdón, te amo, gracias”. Esto no solo te ayudará a liberar lo que ya no necesitas, sino que también fomenta un diálogo interno de amor y compasión hacia vos mismo.
El colon irritable puede ser un recordatorio de que estamos llevando una carga emocional que es hora de soltar. Empezar a conectar emocionalmente con nuestro cuerpo y aprender a escucharlo es clave para restaurar el bienestar.
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