Cuando hablamos de colesterol alto, nos encontramos ante un síntoma que, muchas veces, se naturaliza en nuestra vida cotidiana. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuál es el mensaje detrás de esta condición? Desde la Biodescodificación y la Nueva Medicina Germánica, entendemos que los síntomas tienen un sentido biológico y, lo más importante, están vinculados a nuestras emociones y conflictos internos.
El colesterol elevado no es solo un número en un análisis. Es el resultado de una serie de conflictos emocionales que, incluso, pueden venir de nuestra historia familiar. Según la Nueva Medicina Germánica, el colesterol es una sustancia que nuestro cuerpo produce para protegerse. Si tenemos un insensible aumento de colesterol, puede ser indicativo de un conflicto relacionado con la autoestima, la autoimagen o incluso un sentido de pertenencia.
Puede que estés atravesando tiempos difíciles en relaciones personales, sintiendo la presión de cumplir expectativas familiares o sociales. Esta batalla interna puede activar el cuerpo a producir colesterol como una forma de protegerse o alertarte. Es como si el cuerpo dijera: “Necesito ponerme una armadura”.
Desde la perspectiva emocional, el colesterol alto a menudo se asocia con el miedo a perder algo o a alguien, o el temor a no ser querido. Reflexionar sobre estas emociones es fundamental. Pregúntate: ¿qué situaciones recientes me han hecho sentir así? ¿Cómo se relacionan estas experiencias con mi autoestima? A veces, un simple momento de reflexión puede abrir la puerta a un entendimiento más profundo de nuestro cuerpo y su funcionamiento.
Para abordar este síntoma, es importante adoptar una mirada compasiva hacia uno mismo. Uno de los ejercicios que recomiendo es el siguiente:
1. Siéntate en un lugar tranquilo y cierra los ojos. Toma unas respiraciones profundas.
2. Conéctate con la zona de tu cuerpo donde sientes que el colesterol «reside». Puede ser que te sientas con presión en el pecho, el abdomen o donde sea que lo sientas.
3. Imagina que puedes hablar con esa parte de tu cuerpo. Pregúntale qué quiere comunicarse contigo. Escucha sin juzgar.
4. Practica el Ho’oponopono: repite “Lo siento, perdón, te amo, gracias”. Hazlo con el deseo de liberar cualquier carga que te esté afectando.
Al final del ejercicio, date un momento para agradecerte por este tiempo de conexión y escucha. Cada pequeño paso cuenta en el camino hacia una mejor salud emocional y física.
Recordá que, ante cualquier duda de salud, es fundamental consultar con un profesional adecuado. La Biodescodificación no reemplaza tratamientos médicos, sino que los complementa.
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