Hoy quiero hablarte sobre un síntoma que es más común de lo que pensamos: las cataratas. Si bien es un tema que puede sonar técnico, en realidad está íntimamente relacionado con nuestras emociones y con cómo vivimos los conflictos en nuestra vida diaria.
Desde la perspectiva de la Nueva Medicina Germánica, que es la base de la Biodescodificación, las cataratas representan una forma de intentar «proteger» nuestra vista de lo que nos causa dolor o dificultad. Este síntoma generalmente se asocia a un conflicto relacionado con una sensación de desvalorización o de no poder «ver» algo de manera clara en nuestra vida. A menudo, esto puede estar vinculado a situaciones pasadas o recuerdos que nos duele enfrentar. Por ejemplo, si en tu historia familiar hubo traumas o situaciones no resueltas, puede que tu cuerpo, en un intento de «protegerte», genere este síntoma.
Las emociones que suelen estar implicadas son la tristeza profunda, la sensación de pérdida o incluso la incapacidad de avanzar. Si te sentías impotente ante ciertas situaciones o has vivido conflictos donde sentías que no podías hacer nada por cambiar el rumbo de los acontecimientos, esas emociones pueden estar almacenadas en tu cuerpo y manifestarse como cataratas.
Ahora bien, ¿cómo podemos trabajar con esto? Primero, es fundamental hacer un proceso de autoindagación. Pregúntate: ¿qué situaciones en mi vida me generan malestar? ¿Hay algo que no he podido perdonar o soltar? Cuando identificamos esos recuerdos o emociones, ponemos a la luz lo que estaba en la sombra. Esto es clave para comenzar a sanarnos.
Te propongo un ejercicio sencillo que podés hacer para comenzar a liberar las emociones asociadas a este síntoma. Se trata de un ejercicio de conexión y perdón a través del Ho’oponopono, una técnica hawaiana de reconciliación. Aquí va:
1. Busca un lugar tranquilo donde puedas estar a solas.
2. Cierra los ojos y respira profundamente varias veces.
3. Conecta con el lugar del síntoma, en este caso, tus ojos. Imagina que los miraras desde afuera, y desde ese lugar, háblales. Deciles: «Lo siento, perdón, te amo, gracias».
4. Repite estas frases varias veces, sintiendo cada palabra. Deja que surjan las emociones que necesites liberar.
5. Tómate un momento después de este ejercicio para notar cómo te sientes.
Es esencial también que trabajes en la parte práctica de la vida diaria. Podés incluir hábitos que te ayuden a liberar tensiones, como practicar mindfulness o yoga, que son herramientas excelentes para conectar con uno mismo y liberar esos conflictos internos.
Recordá que los síntomas son mensajes de tu cuerpo, y cada uno de ellos tiene un «para qué.» Al tomar conciencia de esto, empezás a desactivar la emoción negativa o la creencia limitante que generó el síntoma.
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