La lumbalgia, ese dolor en la parte baja de la espalda que a todos nos suena, es una señal que nos envía nuestro cuerpo. Desde el enfoque de la Biodescodificación y la Nueva Medicina Germánica, podemos entender que este síntoma tiene una razón de ser muy profunda y simbólica.
Primero, pensemos en el sentido biológico de la lumbalgia. Este dolor puede aparecer como una respuesta a conflictos emocionales relacionados con nuestra capacidad de sostener, apoyar o cargar algo, ya sean situaciones o relaciones. A menudo, quienes sufren de lumbalgia pueden estar atravesando momentos en los que sienten que están «cargando» demasiado peso en su vida, ya sea físico o emocional.
Desde la perspectiva de la Nueva Medicina Germánica, el cuerpo no falla ni comete errores al presentar síntomas. La lumbalgia se asocia a conflictos de desvalorización y territorialidad. Cuando alguien se siente desprotegido, con miedo de perder su lugar en el mundo o dispone de una carga emocional excesiva, el cuerpo responde produciendo este dolor como mecanismo de defensa, como si nos dijera: «Algo no está bien, vos necesitás parar y reflexionar».
En el ámbito emocional, la lumbalgia puede estar conectada con la ansiedad por situaciones que no se pueden manejar, como la presión laboral, problemas familiares o conflictos interpersonales. Estos miedos pueden ser invisibles, pero están ahí, impactando nuestra vida y manifestándose en una forma física. También puede haber raíces en emociones no expresadas, en vivencias de infancia o presiones que nos autoimponemos de manera permanente, como ser el “sostenedor” del grupo familiar.
Ahora bien, un paso importante es empezar a desmenuzar esos sentimientos y creencias que están detrás del síntoma. Pregúntate: ¿Qué carga estoy llevando que no me corresponde? ¿Qué es lo que realmente me duele? ¿Cuándo comenzó este dolor? Estas preguntas son puertas que te ayudarán a acceder a la raíz de tu conflicto interno. Todo conflicto tiene una historia y al identificarla, comenzás a sanar.
Para aliviar el síntoma y fomentar la integración del aprendizaje de lo vivido, te propongo un ejercicio de PNL y mindfulness. Buscá un lugar tranquilo, sentate cómodamente y cierra los ojos. Lleva tu atención a la zona de dolor. Reconocé esa sensación y, con respiraciones profundas, empezá a dialogar con ella. Preguntale a tu lumbalgia: “¿Qué me querés hacer saber? ¿Qué necesitas que yo comprenda?”. Mientras haces esto, podés repetir en voz baja la frase hawaiana de Ho’oponopono: “Lo siento, perdón, te amo, gracias”. Esta sencilla práctica te ayudará a liberar la carga emocional y a comenzar a soltar ese viejo programa que ya no necesita estar presente en tu vida.
Recuerda que darte un tiempo para ti y atender estas emociones es fundamental para ir mitigando el síntoma. La sanación es un proceso que incluye perdón, aceptación y sobre todo, amor hacia uno mismo. Así que te invito a que reflexiones sobre esto y a que compartas este artículo con quienes creas que puedan necesitarlo. También, no te olvides de seguirnos en nuestras redes como @bioakasha_ok.
Cada paso que das hacia la comprensión de tu ser es un paso hacia una vida más plena y feliz.