Las intolerancias alimentarias se han convertido en un tema muy común en los últimos años, y quizás te has preguntado qué significa realmente este síntoma y qué puede estar indicándonos a nivel emocional y biológico.
Desde la perspectiva de la Nueva Medicina Germánica y la biodescodificación, cada síntoma físico, como las intolerancias alimentarias, tiene un sentido biológico. Es decir, nuestro cuerpo nos está tratando de comunicar algo. En este caso, las intolerancias pueden ser vistas como una forma de protegerse ante un algo que no se puede digerir, no solo en un sentido físico, sino también emocional. Hay un conflicto que se ha expresado en un nivel profundo de nuestra biología.
Desde el punto de vista emocional, las intolerancias alimentarias pueden representar un rechazo a situaciones o personas en nuestras vidas. Podés preguntarte: ¿hay algo que me resulta difícil de digerir? ¿Hay relaciones o situaciones que me generan malestar? Esto es importante, porque muchas veces, nuestro cuerpo reacciona antes que nuestra mente tenga la oportunidad de procesar esos sentimientos.
En cuanto a las motivaciones emocionales detrás de las intolerancias, podemos pensar en la idea de desvalorización, o la falta de contención. Muchas personas que experimentan estas intolerancias suelen sentirse abrumadas o incapaces de establecer límites. Esto también se ve reflejado en la elección de los alimentos, donde el cuerpo puede estar rechazada lo que en su interior siente que no merece.
Para mitigar o sobrellevar el síntoma, es fundamental trabajar con la autoconciencia. Empezá por indagar en qué aspectos de tu vida estás sintiendo dificultades para «digerir». Meditar sobre tus emociones y cómo estas se conectan con lo que comes puede ser un buen comienzo.
Te propongo un ejercicio simple que puede ayudarte a trabajar con las emociones que surgen al pensar en tus intolerancias. Podés usar la técnica del Ho’oponopono: en un momento de tranquilidad, cierra los ojos y respira profundo. Visualizá la situación o persona que te causa malestar. Mientras te conectás con ese sentimiento, repetí las frases: «Lo siento, perdón, te amo, gracias». Este ejercicio puede ayudarte a liberar emociones negativas y a establecer una paz interior.
Otra técnica que puede ser efectiva es el uso de PNL (Programación Neuro-Lingüística). Podés generar un ancla positiva mientras piensas en un momento agradable en tu vida; por ejemplo, recordá una comida que te haga feliz. Repite esto regularmente, asociado a la imagen de la comida que te gusta. Así, la próxima vez que sientas el rechazo hacia un alimento, ese ancla te ayudará a cambiar esa percepción.
Recuerda que lo más importante es escuchar a tu cuerpo y tus emociones. La biodescodificación es una herramienta poderosa que permite resignificar los síntomas y obtener una nueva perspectiva sobre lo que estamos viviendo. Cada síntoma trae consigo la oportunidad de crecer y transformarnos.
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