Las enfermedades cardíacas son un tema muy importante y complejo, un síntoma que habla directamente de la conexión entre nuestras emociones y nuestro cuerpo. La visión de la nueva medicina germánica, junto con la biodescodificación, nos permite adentrarnos en el sentido biológico de estos síntomas para entender su origen y poder trabajar en la sanación desde una perspectiva integral.
Desde la nueva medicina germánica, las enfermedades cardíacas están directamente relacionadas con conflictos emocionales que tienen que ver con las relaciones afectivas, tanto en el ámbito familiar como en las relaciones de pareja. Suele surgir cuando hay un gran miedo a perder algo o alguien, o cuando se siente una presión muy fuerte para cumplir con expectativas o roles que nos generan angustia. El corazón, como símbolo, también está asociado al amor, por lo que los conflictos en esta área pueden manifestarse como problemas cardíacos.
Emocionalmente, las enfermedades del corazón pueden estar ligadas a sentimientos de tristeza profunda, arrepentimiento o traumas no resueltos que aún resuenan en nuestra vida. A menudo, estas emociones quedan atrapadas, sumando una carga que el cuerpo termina expresando a través de síntomas físicos. En este sentido, es importante preguntarnos: ¿qué emociones están detrás de esta condición? ¿Qué conflictos hemos estado evitando enfrentar?
Para trabajar con estos conflictos, es fundamental tomar conciencia de los patrones emocionales y de las creencias que pueden estar activando ese síntoma. Un primer paso es hacer una especie de «inventario emocional», identificando las situaciones que nos generan stress o malestar. Pregúntate: ¿cuándo fue la última vez que sentiste este peso en el pecho? ¿Qué situación lo disparó? Estar en contacto con estas emociones es el primer camino para comenzar a sanar.
Ahora, ¿cómo podemos mitigar o sobrellevar los síntomas cardíacos de manera práctica? Un ejercicio muy efectivo que te quiero proponer está basado en la técnica del Ho’oponopono. Este es un método de sanación hawaiano que se basa en la práctica del perdón y la liberación. Podés dedicar unos minutos al día para cerrar los ojos, respirar profundamente y repetir en voz alta:
– Lo siento
– Perdón
– Te amo
– Gracias
Mientras repitís estas frases, permitite sentir las emociones que surgen en relación a tu corazón. Hablale a tus emociones, reconocé su presencia y liberá el peso que puedan tener. Este ejercicio puede ayudar a soltar ese programa de sufrimiento y permitir que el corazón vuelva a latir en armonía.
Otra técnica que podés usar es la visualización. Imaginate respirando luz y amor en cada inhalación, y al exhalar, soltando todo lo que ya no necesitas: preocupaciones, miedos, y aquellas emociones que te están pesando. Así podrás ir sanando y equilibrando esa energía que está en conflicto.
Si estás enfrentando esta situación, recordá que no estás solo y que hay herramientas para ayudar a que esta cicatriz se cierre. Te animo a que sigas investigando, aprendiendo sobre tu cuerpo y tus emociones. Cada paso que des hacia tu sanación es un paso hacia un corazón más saludable y una vida más plena.
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