El asma es un síntoma que puede resultar muy limitante en la vida diaria de quien lo sufre. Se manifiesta como una dificultad para respirar, opresión en el pecho, tos y sibilancias. Desde la perspectiva de la Biodescodificación y de la Nueva Medicina Germánica, podemos ver el asma como un conflicto emocional profundo que se trata de manifestar una necesidad de espacio. Es un llamado desde nuestro cuerpo a tomar conciencia de situaciones en las que sentimos que no tenemos libertad o que nos cuesta expresarnos.
Desde el punto de vista biológico, el asma está relacionado con lo que se denomina “constelación asmática”, asociada con conflictos de territorio y con sensaciones de presión o falta de aire. Esto puede pertenecerse a situaciones donde la persona se siente atrapada o controlada, ya sea en relaciones, en el trabajo o dentro de su propia familia. A menudo, el asma aparece en momentos de alto estrés, cuando la persona lucha por encontrar su lugar o cuando ha tomado decisiones que le generan ansiedad.
Las motivaciones emocionales detrás del asma son variadas; pueden incluir situaciones de abandono o desamparo que quedan grabadas en nuestro ser. Por ejemplo, si viviste una experiencia donde te sentiste sofocado emocionalmente o tuviste que callar para evitar conflictos, tu cuerpo puede responder generando dificultad para recibir aire, simbolizando la necesidad de “respirar” en tu vida emocional.
Para mitigar estos síntomas, es fundamental ir a la raíz del conflicto. Una práctica altamente recomendable es la respiración consciente, donde te tomas un tiempo para conectar con tu cuerpo. Aquí hay un ejercicio que podés realizar:
1. Encuentra un lugar tranquilo donde no te interrumpan.
2. Siéntate o acuéstate cómodamente. Cierra los ojos y comienza a inhalar profundamente por la nariz durante 4 segundos, manteniendo la respiración por 4 segundos, y exhalando lentamente por la boca durante 6 segundos.
3. Mientras respirás, poné atención en el área del pecho. Sentí cómo se expande y se contrae con cada respiración.
4. Visualizá que con cada inhalación estás llenando tu cuerpo de luz y espacio. Con cada exhalación, soltás cualquier tensión o preocupación.
5. Después de algunas repeticiones, hablale a esa sensación. Podés decirle: “Lo siento. Perdón. Te amo. Gracias.” Este es un ejercicio de Ho’oponopono que ayuda a liberar patrones antiguos y a sanar heridas emocionales.
Recordá que cada paso que des hacia tu sanación emocional es valioso, y comunicarte con tu cuerpo es una parte crucial del proceso. La biodescodificación nos invita a transformar la manera en que percibimos y respondemos a nuestros conflictos emocionales.
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